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Consejos para pasar la ITV: el check list definitivo

Consejos para pasar la ITV: el check list definitivo

Pasar la ITV es uno de esos momentos que todo conductor vive con cierta tensión. Aunque sepamos que el coche está bien, siempre hay un pequeño temor a que algo falle y el resultado no sea favorable. Sin embargo, con una buena preparación, la inspección puede convertirse en un simple trámite rutinario. La mayoría de los rechazos en la ITV se deben a fallos menores que podrían haberse evitado con una revisión previa en casa o en el taller. Por eso, si quieres pasar la ITV sin problemas y sin sobresaltos, lo mejor es seguir un plan sencillo y completo de revisión antes de acudir a la cita.

A continuación encontrarás los consejos y pasos clave que todo conductor debería seguir para asegurarse de que su vehículo está listo para superar la inspección a la primera.

Antes de la cita: prepara tu coche y tus documentos

El primer paso para pasar la ITV sin contratiempos empieza antes de llegar a la estación. Tener la documentación en regla y el coche preparado ahorra tiempo y evita imprevistos. Lo básico que debes llevar es el permiso de circulación, la tarjeta de inspección técnica (ficha técnica) y el recibo del seguro obligatorio. Aunque este último no siempre es necesario mostrarlo, la estación puede verificarlo electrónicamente, por lo que conviene tenerlo a mano por si acaso. Si has realizado alguna modificación en el vehículo —como cambiar los faros, instalar un enganche de remolque o modificar el sistema de escape— asegúrate de que esté homologada y conste en la ficha técnica.

Antes del día de la cita, es recomendable revisar el coche o moto con calma. Muchos conductores piensan que los fallos de la ITV son complicados o costosos, pero en realidad la mayoría son detalles simples: luces fundidas, limpiaparabrisas defectuosos, matrículas sucias o neumáticos desgastados. Por eso, un repaso general puede marcar la diferencia entre una inspección favorable y una desfavorable.

Empieza por el exterior del vehículo. Lava el coche, incluidos los faros y las matrículas. Puede parecer trivial, pero una matrícula sucia o poco legible es motivo de defecto leve o incluso grave. Comprueba que las placas estén bien sujetas y sin deformaciones. Después revisa las luces: posición, cruce, carretera, intermitentes, freno, matrícula y marcha atrás. Todas deben encenderse y tener una intensidad uniforme. Si alguna bombilla no funciona, cámbiala antes de la inspección. También revisa el claxon, que debe sonar con claridad y sin interrupciones.

Otro punto esencial son los neumáticos. Comprueba que todos tengan la presión correcta y que el dibujo de la banda de rodadura tenga al menos 1,6 milímetros de profundidad. Si notas desgaste irregular o grietas, conviene sustituirlos antes de ir a la ITV. Además, deben ser del mismo tipo y tamaño en el eje correspondiente, y estar homologados para tu modelo de vehículo.

En cuanto al parabrisas, asegúrate de que no tenga grietas ni fisuras en la zona del campo de visión del conductor, ya que esto podría considerarse defecto grave. El sistema de limpiaparabrisas y el depósito de agua deben funcionar correctamente. Aprovecha para rellenar el líquido limpiador y comprobar que las escobillas limpian bien sin dejar marcas.

El retrovisor interior y los exteriores deben estar firmes, sin roturas ni movimiento excesivo. También conviene revisar los cinturones de seguridad, comprobando que se enganchan bien y se recogen correctamente.

En el interior, verifica que los indicadores del cuadro de mandos funcionen: el velocímetro, los testigos de luces, el freno de mano y los indicadores de fallo del motor. Si se enciende la luz de fallo de motor o la de airbag, la inspección podría ser desfavorable. En vehículos diésel, si el testigo de los gases de escape permanece encendido, también puede ser motivo de rechazo.

Antes de acudir a la ITV, asegúrate de que el motor no presenta fugas visibles y que el nivel de aceite, refrigerante y líquido de frenos es el correcto. Una mancha bajo el coche o un goteo durante la inspección puede ser considerado defecto grave.

Por último, revisa que el vehículo no lleva cargas sueltas ni elementos decorativos no homologados. Si tienes portabicicletas, baca o enganche de remolque, comprueba que estén correctamente fijados y, si el enganche está instalado, debe figurar en la ficha técnica.

Durante la inspección: cómo actuar y qué revisan los técnicos

El día de la cita, llega con tiempo suficiente y con el vehículo en condiciones de uso. No olvides llevar la documentación mencionada y el justificante de la cita si la pediste por internet. Al llegar, el personal te pedirá los documentos, verificará tu identidad y te indicará cuándo entrar al área de inspección. Es importante mantener la calma: los técnicos no buscan “suspender” a los conductores, sino garantizar que el vehículo sea seguro.

Durante la inspección, los técnicos revisarán todos los sistemas del vehículo siguiendo un orden estandarizado. Comprobarán la identificación del coche (número de bastidor, matrícula y datos técnicos), así como el estado general de la carrocería y los bajos. Si hay óxido excesivo, deformaciones estructurales o piezas sueltas, podrían considerarse defectos graves.

El control de luces y señalización es uno de los puntos más importantes. Los técnicos verificarán la alineación de los faros, el color e intensidad de las luces y el correcto funcionamiento de todos los indicadores. En muchos casos, una simple bombilla fundida puede hacer que la inspección sea desfavorable, así que haberlo revisado antes es clave.

También se realizará una prueba de suspensión y frenos. El coche se colocará en unas plataformas que miden la eficacia del sistema de frenado y la absorción de impactos. Si el freno de mano no funciona correctamente o hay diferencias significativas entre los ejes, podría considerarse defecto grave.

En los vehículos diésel, se realiza la prueba de opacidad de gases, que mide la cantidad de humo que emite el tubo de escape. En los de gasolina, se mide la emisión de CO2. Para superar esta parte, es recomendable haber realizado un trayecto largo antes de acudir a la ITV, de unos 20 o 30 minutos, para que el motor alcance su temperatura óptima. De este modo, los filtros y catalizadores funcionan correctamente y reducen las emisiones.

En la zona inferior del vehículo, los técnicos revisarán posibles fugas de aceite, líquido de frenos o combustible, el estado de los ejes, la dirección y el escape. Cualquier pérdida de líquidos es motivo de ITV desfavorable.

Durante la inspección, sigue las indicaciones del personal y no te adelantes a las maniobras. Si te piden frenar, acelerar o girar el volante, hazlo con suavidad y precisión. Un comportamiento tranquilo y atento agiliza la revisión y demuestra colaboración.

Al finalizar, el técnico te entregará un informe con el resultado. Si es favorable, te colocarán la pegatina que indica la próxima fecha de revisión. Si es desfavorable, te explicarán los defectos y te indicarán cómo proceder para repararlos.

Recomendaciones adicionales para la inspección

Hay pequeños detalles que pueden marcar la diferencia entre aprobar o no la ITV. Uno de ellos es mantener el coche caliente antes de entrar a la línea de inspección. Especialmente en motores diésel, acudir con el coche frío aumenta las emisiones de humo, lo que puede hacer que no pases la prueba. Por eso, conviene circular unos kilómetros antes y evitar acudir tras un largo periodo de inactividad.

También es aconsejable no acudir con el maletero cargado ni con objetos pesados en el interior. Un exceso de peso puede alterar las mediciones de suspensión o frenos, y los objetos sueltos pueden golpear el interior del coche durante las pruebas.

Otro consejo es comprobar el nivel del combustible. Algunas estaciones no realizan la prueba de frenado o emisiones si el coche tiene muy poco combustible, por seguridad.

Si tu vehículo tiene más de diez años, conviene hacer una revisión completa en el taller antes de la ITV. Aunque suponga un pequeño gasto, te ahorrará tiempo y posibles sanciones. Muchos talleres ofrecen un servicio de pre-ITV en el que revisan los puntos más críticos según los criterios de inspección oficiales.

También puedes consultar el histórico de ITV del vehículo en la web de la DGT. Así sabrás si en inspecciones anteriores se detectaron defectos repetidos y podrás solucionarlos antes.

Por último, no olvides que una ITV favorable no solo evita multas, sino que también es garantía de seguridad. Circular con un coche que ha superado la inspección es saber que los frenos, neumáticos y sistemas principales funcionan correctamente. Mantener el vehículo en buen estado no es un trámite, es una forma de protegerte a ti y a los demás en la carretera.

 

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